AMAS DE CASA DESESPERADAS Y YO
Un recuento personal de una de las series más esperadas del año en Colombia
Ya se terminó de filmar en Argentina la primera temporada de la adaptación colombo-ecuatoriana de la serie norteamericana Desperate Housewives, que en Colombia se llamará “Amas de Casa Desesperadas”. Ha sido todo un proceso, desde el casting hasta la edición. Insisto con el tema de esta serie por varias razones: por su calidad, por el cariño que le tengo a la buena televisión, por todo. Para mí, ha sido todo un proceso y con su permiso, me gustaría relatar como yo viví la realización de este proyecto.
Y AHÍ ENTRÉ YO…
Yo he estado presente en el proceso de producir esta serie por varias razones, siendo la principal que la empresa de un amigo cercano, Vista Productions, comparte la responsabilidad con los dueños de los derechos, Buena Vista International Television (comúnmente conocida como Disney), al lado del Canal RCN para la transmisión en Colombia, Polka Producciones para la producción en Argentina, y Teleamazonas para la transmisión en Ecuador.
He estado presente en todos los sentidos, desde la búsqueda de las protagonistas hasta la filmación del programa. Cuando buscábamos a un grupo de actrices que dieran la talla de Teri Hatcher, Nicolette Sheridan, Eva Longoria, Marcia Cross y sus compañeras, las mujeres más famosas del medio en Colombia quisieron participar. Sin embargo, nosotros también estuvimos interesados en conseguir no solamente a las más famosas, sino a las más talentosas, por eso terminamos con Ana Maria Orozco, Ruddy Rodríguez, Geraldine Zivic, Sofía Vergara, Lorena Meritano y Marisol Romero como protagonistas, en papeles que quisimos evaluar para varias actrices que no llegaron al producto final. Recuerdo muy bien aquellos momentos en que estábamos interesados en conseguir a dos en particular, ambas muy famosas, con telenovelas como Café y Las noches de Luciana a sus espaldas. Una, para sorpresa mía, no conocía absolutamente nada de la serie hasta que nosotros le mostramos el primer capitulo de la versión original, y otra, la conocía muy bien y trató de convencernos con jugadas que resultaron inefectivas.
Luego, volví a verme involucrado en la producción de la serie, hacia finales del 2006, cuando viajé a Buenos Aires para conocer a los actores, los lugares de filmación, el equipo técnico y la calidez que la capital argentina aportaba física, espiritual y mentalmente al programa.
Llegué a Buenos Aires a dormir, pues no había podido hacerlo durante el vuelo. Y realmente necesitaba energías positivas para los días que venían. Esa tarde, visité un lugar en el cual se filmaba una escena con uno de los que aquí llamamos ‘galanes’, el argentino Diego Ramos, al lado de Jairo Camargo, en calidad de actor de reparto. Ese día, conocí a ambos, al igual que a Víctor Mallarino, director de la serie.
Al día siguiente, visité el predio, lugar en las afueras de la ciudad, en donde se había recreado Wisteria Lane, para llamarse la Calle Manzanares en nuestra adaptación. Entré con mi padre y mi hermana a una de las casas, en la cual se encontraba la mayoría de los protagonistas, entre ellos Ana Maria y Diego Trujillo. Cuando nos vieron entrar, se levantaron para recibir a mi amigo con apodos como ‘chief ’. Fácilmente podría decir que la escena se parecía al matrimonio de la primera parte de “El Padrino”, en donde a Vito Corleone, en su calidad de jefe, le besaban un dedo con tal de ser reconocidos por él. Mi hermana y yo contemplábamos la escena cuando nos presentaron al grupo de personas que por unos días, llegaría a ser como una familia para mí.
EL GRAN DEBUT
Ese día, logramos uno de nuestros objetivos con la serie, el de aparecer como extras en una escena, cosa que mi conocido de Vista había dicho que cualquier amigo o familiar que llegara a Buenos Aires en esos días, tendría que hacer. Mientras caminábamos hacia el lugar en donde se filmaría la escena, oí al coordinador decir: “Ahí te mando dos extras”. Esto me hizo sentir muy bien porque significaría que nos tratarían igual que a cualquiera y no como los conocidos del productor ejecutivo, titulo que muchas veces ha sido una ventaja, pero en otras ocasiones me ha traído malentendidos. La escena que se filmaba era un asado, en el cual había agresiones entre Marisol y su coestrella, el peruano Juan Carlos Salazar.
EL SEÑOR PARDO, LEO PARDO
Unos días después, conocí los estudios de Polka, para ver la filmación de una escena con Geraldine, en el rol de madre de unos ‘diablos’ mellizos. Su coestrella, Julian Arango, había filmado esa mañana una de las escenas mas chistosas de la serie, en la cual se vestía con una tanga de piel de leopardo, para decir: “Mi nombre es Pardo. Leo Pardo”. Quienes habían estado de testigos durante esa escena se rieron tanto que me la mostraron y yo también me reí.
Y ARDIÓ LA CASA
Finalmente, la última escena que vi en filmación fue el famoso incendio de la casa en el primer episodio.
Allí, mientras se preparaban los detalles, estuve hablando con Lorena mientras a ella la arreglaban para salir a escena. De pronto, una de las actrices de reparto, Maria Angélica Mallarino, me miró con una cara de asombro absoluto. Cuando supo que yo era el hijo de mi padre, me dijo: “¡Ay qué emoción! ¡Yo cuidaba a tu papá cuando era un bebé!”, cosa que mi padre luego desmentiría con un punto de vista tan drásticamente distinto que es mejor no compartirlo.
Luego, pude observar como Víctor guiaba a los actores, ya que lo más importante de esta escena eran sus reacciones al ver la casa incendiarse.
EL PRODUCTOR EJECUTIVO VINO A NO DEJAR TRABAJAR
Tal vez, lo más irónico de todo este proceso, era que mi amigo, productor ejecutivo de la serie, llegaba a interrumpir todas las grabaciones y nadie se resistía a sus encantos. Su excusa es que sufre de Síndrome Déficit de Atención. ¿Cierta o no?, solo otras autoridades lo sabrán, pero de todos modos, nos encanta a mí y a todos los que trabajamos con él. Por ejemplo, mientras se filmaba la escena con Diego y Jairo Camargo, él hablaba. Se hicieron por lo menos diez tomas, hasta que finalmente, durante la enésima que pidieron silencio para comenzar a grabar, el dijo: “¿Otra vez silencio? ¡Aquí no se puede hacer nada!”. Su conclusión de esa escena fue: “Llegué yo y Jairo Camargo la embarró treinta y seis veces.” Luego, antes de la filmación del incendio, llegó con una botella de Johnnie Walker Black Label, como decían todos con un cierto orgullo, “para no dejar trabajar”.
Y AUNQUE NO DEJÓ TRABAJAR, ÉL MISMO ACTUÓ
Unos meses después, mi amigo regresó a Buenos Aires, para seguir supervisando la producción del programa, pero también para cumplir su propia meta con el programa, la de actuar en una escena.
La escena fue aquella en la que Ruddy, en el papel de Eugenia (originalmente Bree), encuentra a su hijo en un bar de strip-tease. Eugenia le da explicaciones al pobre muchacho de cómo debió sufrir durante su infancia la mujer que hacia el espectáculo, y el hombre de al lado, desesperado, se le acerca al hijo y le dice: “Oye, llévate a la loquita de tu mamá que nos está aguando la fiesta. Está buenísima. Por favor.” Mi amigo hizo ese papel. Al verlo, me reí, porque sabía que no estaba actuando. Era perfecto para él.
AMAS DE CASA CON POSITIVISMO
La serie ya se estrenó en Ecuador. En una rueda de prensa en dicho país, Marisol dijo: “cuando nos tocaban las escenas de las cinco juntas, eso era una gozadera total, divertida y yo creo que esto se va a revertir en la pantalla”[1]. (“Versión latina de Amas de Casa Desesperadas en Ecuador”) En una entrevista en Bogotá en abril de este año, mi padre dijo: “(…) te vas a dar cuenta de que es lo más grande que se ha producido en la televisión latinoamericana, por encima de cualquiera…no me gusta hablar de la competencia, pero por encima de la competencia, no conozco nada de mayor calidad visual, de mayor calidad de set, de mayor calidad actoral (…)”[2]. Sebastián Corral, gerente de Teleamazonas, dijo: “Yo creo que este proyecto es de lo mejor que se puede pedir a nivel de Latinoamérica, porque ha tenido un éxito brutal, ‘la lata’, en varios países, debe ser uno de los shows americanos que más éxito ha tenido, y nosotros estamos súper contentos de poder ser parte de la alianza entre RCN, Disney y nosotros.”[3] Yo concluyo diciendo que es lo que el público colombiano necesita, para olvidarnos así sea solamente por un rato de las telenovelas que cada día son menos atractivas, y de los reality shows que no sirven para nada ni para nadie. Es una mezcla de inocencia y picardía, de lo claro y lo misterioso, de lo dramático, lo chistoso y lo sarcástico. En fin, tiene de todo.
Un recuento personal de una de las series más esperadas del año en Colombia
Ya se terminó de filmar en Argentina la primera temporada de la adaptación colombo-ecuatoriana de la serie norteamericana Desperate Housewives, que en Colombia se llamará “Amas de Casa Desesperadas”. Ha sido todo un proceso, desde el casting hasta la edición. Insisto con el tema de esta serie por varias razones: por su calidad, por el cariño que le tengo a la buena televisión, por todo. Para mí, ha sido todo un proceso y con su permiso, me gustaría relatar como yo viví la realización de este proyecto.
Y AHÍ ENTRÉ YO…
Yo he estado presente en el proceso de producir esta serie por varias razones, siendo la principal que la empresa de un amigo cercano, Vista Productions, comparte la responsabilidad con los dueños de los derechos, Buena Vista International Television (comúnmente conocida como Disney), al lado del Canal RCN para la transmisión en Colombia, Polka Producciones para la producción en Argentina, y Teleamazonas para la transmisión en Ecuador.
He estado presente en todos los sentidos, desde la búsqueda de las protagonistas hasta la filmación del programa. Cuando buscábamos a un grupo de actrices que dieran la talla de Teri Hatcher, Nicolette Sheridan, Eva Longoria, Marcia Cross y sus compañeras, las mujeres más famosas del medio en Colombia quisieron participar. Sin embargo, nosotros también estuvimos interesados en conseguir no solamente a las más famosas, sino a las más talentosas, por eso terminamos con Ana Maria Orozco, Ruddy Rodríguez, Geraldine Zivic, Sofía Vergara, Lorena Meritano y Marisol Romero como protagonistas, en papeles que quisimos evaluar para varias actrices que no llegaron al producto final. Recuerdo muy bien aquellos momentos en que estábamos interesados en conseguir a dos en particular, ambas muy famosas, con telenovelas como Café y Las noches de Luciana a sus espaldas. Una, para sorpresa mía, no conocía absolutamente nada de la serie hasta que nosotros le mostramos el primer capitulo de la versión original, y otra, la conocía muy bien y trató de convencernos con jugadas que resultaron inefectivas.
Luego, volví a verme involucrado en la producción de la serie, hacia finales del 2006, cuando viajé a Buenos Aires para conocer a los actores, los lugares de filmación, el equipo técnico y la calidez que la capital argentina aportaba física, espiritual y mentalmente al programa.
Llegué a Buenos Aires a dormir, pues no había podido hacerlo durante el vuelo. Y realmente necesitaba energías positivas para los días que venían. Esa tarde, visité un lugar en el cual se filmaba una escena con uno de los que aquí llamamos ‘galanes’, el argentino Diego Ramos, al lado de Jairo Camargo, en calidad de actor de reparto. Ese día, conocí a ambos, al igual que a Víctor Mallarino, director de la serie.
Al día siguiente, visité el predio, lugar en las afueras de la ciudad, en donde se había recreado Wisteria Lane, para llamarse la Calle Manzanares en nuestra adaptación. Entré con mi padre y mi hermana a una de las casas, en la cual se encontraba la mayoría de los protagonistas, entre ellos Ana Maria y Diego Trujillo. Cuando nos vieron entrar, se levantaron para recibir a mi amigo con apodos como ‘chief ’. Fácilmente podría decir que la escena se parecía al matrimonio de la primera parte de “El Padrino”, en donde a Vito Corleone, en su calidad de jefe, le besaban un dedo con tal de ser reconocidos por él. Mi hermana y yo contemplábamos la escena cuando nos presentaron al grupo de personas que por unos días, llegaría a ser como una familia para mí.
EL GRAN DEBUT
Ese día, logramos uno de nuestros objetivos con la serie, el de aparecer como extras en una escena, cosa que mi conocido de Vista había dicho que cualquier amigo o familiar que llegara a Buenos Aires en esos días, tendría que hacer. Mientras caminábamos hacia el lugar en donde se filmaría la escena, oí al coordinador decir: “Ahí te mando dos extras”. Esto me hizo sentir muy bien porque significaría que nos tratarían igual que a cualquiera y no como los conocidos del productor ejecutivo, titulo que muchas veces ha sido una ventaja, pero en otras ocasiones me ha traído malentendidos. La escena que se filmaba era un asado, en el cual había agresiones entre Marisol y su coestrella, el peruano Juan Carlos Salazar.
EL SEÑOR PARDO, LEO PARDO
Unos días después, conocí los estudios de Polka, para ver la filmación de una escena con Geraldine, en el rol de madre de unos ‘diablos’ mellizos. Su coestrella, Julian Arango, había filmado esa mañana una de las escenas mas chistosas de la serie, en la cual se vestía con una tanga de piel de leopardo, para decir: “Mi nombre es Pardo. Leo Pardo”. Quienes habían estado de testigos durante esa escena se rieron tanto que me la mostraron y yo también me reí.
Y ARDIÓ LA CASA
Finalmente, la última escena que vi en filmación fue el famoso incendio de la casa en el primer episodio.
Allí, mientras se preparaban los detalles, estuve hablando con Lorena mientras a ella la arreglaban para salir a escena. De pronto, una de las actrices de reparto, Maria Angélica Mallarino, me miró con una cara de asombro absoluto. Cuando supo que yo era el hijo de mi padre, me dijo: “¡Ay qué emoción! ¡Yo cuidaba a tu papá cuando era un bebé!”, cosa que mi padre luego desmentiría con un punto de vista tan drásticamente distinto que es mejor no compartirlo.
Luego, pude observar como Víctor guiaba a los actores, ya que lo más importante de esta escena eran sus reacciones al ver la casa incendiarse.
EL PRODUCTOR EJECUTIVO VINO A NO DEJAR TRABAJAR
Tal vez, lo más irónico de todo este proceso, era que mi amigo, productor ejecutivo de la serie, llegaba a interrumpir todas las grabaciones y nadie se resistía a sus encantos. Su excusa es que sufre de Síndrome Déficit de Atención. ¿Cierta o no?, solo otras autoridades lo sabrán, pero de todos modos, nos encanta a mí y a todos los que trabajamos con él. Por ejemplo, mientras se filmaba la escena con Diego y Jairo Camargo, él hablaba. Se hicieron por lo menos diez tomas, hasta que finalmente, durante la enésima que pidieron silencio para comenzar a grabar, el dijo: “¿Otra vez silencio? ¡Aquí no se puede hacer nada!”. Su conclusión de esa escena fue: “Llegué yo y Jairo Camargo la embarró treinta y seis veces.” Luego, antes de la filmación del incendio, llegó con una botella de Johnnie Walker Black Label, como decían todos con un cierto orgullo, “para no dejar trabajar”.
Y AUNQUE NO DEJÓ TRABAJAR, ÉL MISMO ACTUÓ
Unos meses después, mi amigo regresó a Buenos Aires, para seguir supervisando la producción del programa, pero también para cumplir su propia meta con el programa, la de actuar en una escena.
La escena fue aquella en la que Ruddy, en el papel de Eugenia (originalmente Bree), encuentra a su hijo en un bar de strip-tease. Eugenia le da explicaciones al pobre muchacho de cómo debió sufrir durante su infancia la mujer que hacia el espectáculo, y el hombre de al lado, desesperado, se le acerca al hijo y le dice: “Oye, llévate a la loquita de tu mamá que nos está aguando la fiesta. Está buenísima. Por favor.” Mi amigo hizo ese papel. Al verlo, me reí, porque sabía que no estaba actuando. Era perfecto para él.
AMAS DE CASA CON POSITIVISMO
La serie ya se estrenó en Ecuador. En una rueda de prensa en dicho país, Marisol dijo: “cuando nos tocaban las escenas de las cinco juntas, eso era una gozadera total, divertida y yo creo que esto se va a revertir en la pantalla”[1]. (“Versión latina de Amas de Casa Desesperadas en Ecuador”) En una entrevista en Bogotá en abril de este año, mi padre dijo: “(…) te vas a dar cuenta de que es lo más grande que se ha producido en la televisión latinoamericana, por encima de cualquiera…no me gusta hablar de la competencia, pero por encima de la competencia, no conozco nada de mayor calidad visual, de mayor calidad de set, de mayor calidad actoral (…)”[2]. Sebastián Corral, gerente de Teleamazonas, dijo: “Yo creo que este proyecto es de lo mejor que se puede pedir a nivel de Latinoamérica, porque ha tenido un éxito brutal, ‘la lata’, en varios países, debe ser uno de los shows americanos que más éxito ha tenido, y nosotros estamos súper contentos de poder ser parte de la alianza entre RCN, Disney y nosotros.”[3] Yo concluyo diciendo que es lo que el público colombiano necesita, para olvidarnos así sea solamente por un rato de las telenovelas que cada día son menos atractivas, y de los reality shows que no sirven para nada ni para nadie. Es una mezcla de inocencia y picardía, de lo claro y lo misterioso, de lo dramático, lo chistoso y lo sarcástico. En fin, tiene de todo.
BIBLIOGRAFIA:
[1] "Versión latina de Amas de Casa Desesperadas en Ecuador." Quépasa Corporation. 28 Mayo 2007.
[2] “Jaime Sanchez – Amas de Casa Desesperadas Colombia”. Video disponible en: http://youtube.com/watch?v=7LwH4enNVwc
[3] “Sebastian Corral: Amas de Casa Desesperadas”. Video disponible en:
http://youtube.com/watch?v=0IanLngZ6fE&mode=related&search=
[1] "Versión latina de Amas de Casa Desesperadas en Ecuador." Quépasa Corporation. 28 Mayo 2007
[2] “Jaime Sanchez – Amas de Casa Desesperadas Colombia”. Video disponible en: http://youtube.com/watch?v=7LwH4enNVwc
[3] “Sebastian Corral: Amas de Casa Desesperadas”. Video disponible en:
http://youtube.com/watch?v=0IanLngZ6fE&mode=related&search=
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