lunes, 21 de septiembre de 2009

SOBRE "EL MALESTAR EN LA CULTURA" DE SIGMUND FREUD

En los primeros dos capítulos de su texto El malestar en la cultura, Sigmund Freud habla del desarrollo de la identidad del hombre y de sus factores influyentes como el yo y el ello, la religión, y la búsqueda de la felicidad, entre otros.

Según Freud, para el hombre, el yo es su ser interno y todos sus componentes tanto mentales como físicos, y el ello es todo lo que le rodea durante su vida, tanto las demás personas como lugares, ambientes, y otras cosas. Según Freud, el yo “(…) se nos presenta como algo independiente, unitario, bien demarcado frente a todo lo demás.” (Freud 9) Sin embargo, esta demarcación y esta dependencia de las cuales habla Freud son de carácter acumulativo, pues no nacemos con ellas, sino las vamos acumulando a medida que nos desarrollamos; “El lactante aún no distingue de su yo como de un mundo exterior (…) Gradualmente, lo aprende por influencia de diversos estímulos.” (Freud 10) Por ende, según el autor, el yo es una entidad de características que funcionan en un ambiente darwiniano, en donde el más desarrollado y el más fuerte son los supervivientes. Así mismo, Freud también trata la memoria y las funciones mentales del yo como si fueran un lugar sumamente antiguo que tiene una historia y que se va renovando con el paso del tiempo, como el imperio Romano - que según Freud, si funcionara como la mente humana, que recuerda y olvida lo que se plantea ante ella – aun estaría muy lejos de varias de las glorias por las cuales se conoce. Freud sugiere que la mente funciona como si tuviera dos tipos de contenidos diferentes, uno compuesto por los recuerdos activos y otro compuesto por los recuerdos durmientes, y si aún quisiéramos explicar cómo funcionan ambos, y al mismo tiempo compararlos con la cronología de los eventos de la historia, “(…) sólo podremos hacerlo mediante la yuxtaposición en el espacio, pues éste no acepta dos contenidos distintos.” (Freud 14) Estoy de acuerdo con Freud, pues la mente humana, aunque funciona de manera “(…) el más mínimo sentido humanitario nos tornará dolorosa la idea de que la mayoría de los mortales jamás podría elevarse sobre semejante concepción de la vida.” (Freud 17) Sin embargo, la religión también determina gran parte de la formación del hombre ya que cuando toda la vida ha sido educado bajo influencias religiosas, puede optar por volverse devoto a ella, o también podría revelarse contra ella. Es así que la religión puede llegar a convertirse en un obstáculo para otro factor importantísimo dentro del desarrollo del hombre, la búsqueda de la felicidad.

Según Freud, la felicidad es un producto de “(…) la satisfacción, casi siempre instantánea, de necesidades acumuladas que han alcanzado elevada tensión, y de acuerdo con esta índole sólo puede darse como fenómeno episódico.” Esto signifca que la felicidad por definición es algo que no se da todo el tiempo, dado que la misma constancia con la que el hombre es víctima del sufrimiento lo motiva a buscar esquemas y sistemas nuevos con los que se pueda sentir más conforme, aunque éstos sean muy escasos. Podríamos comparar las palabras de Freud con las del poeta brasileño Vinícius De Moraes, autor de poemas y de las letras de varias canciones como “A Felicidade” (“La Felicidad”), en la que dice lo siguiente en referencia a la felicidad: “Voa tão leve/Mas tem a vida breve/Precisa que haja vento sem parar (…) E é por ela ser assim tão delicada/Que eu trato sempre dela muito bem.” (“Vuela tan levemente/Pero tiene una vida breve/Necesita que haya viento sin parar/Y por ser ella así, tan delícada, es que yo siempre la trato muy bien.”) (De Moraes, “A Felicidade”) Las palabras de Vinícius se parecen a las de Freud ya que el brasileño sugiere que para ser feliz se necesita “viento sin parar” que podríamos interpretar como sufrimiento y miseria, y que por ser “tan delicada” o tan escasa es que la tratamos bien y la apreciamos cuando la tenemos. Y, según Freud, hay diferentes tipos de felicidad y diferentes maneras de obtenerla:

Por ejemplo, un medio que proporciona felicidad es el arte, que ofrece “satisfacciones sustitutivas”, ya que aunque podamos estar en la miseria, al ver una obra de arte, podemos sentir una dosis de placer, aunque ésta sea pequeña y temporal. Sin embargo, solamente los que realmente tienen afinidad con el arte y con lo relacionado a él son los que realmente pueden sentir la verdadera felicidad al experimentar con él.

Freud también habla de la intoxicación como método para obtener la felicidad; “(…) es evidente que existen ciertas sustancias extrañas al organismo cuya presencia en la sangre o en los tejidos nos proporciona directamente sensaciones placenteras … de manera tal que nos impiden percibir estímulos desagradables (…) Pero en nuestro propio quimismo deben existir asimismo sustancias que cumplen un fin análogo (…)” (Freud 19), de tal manera que Freud descarta la posibilidad de la felicidad pura y total a través de la intoxicación, ya que aunque haya sustancias que le generan placer a nuestro organismo, también existen sustancias que hacen lo contrario.

Otro medio que plantea Freud y debemos resaltar es la independencia, que en mi opinión, aunque no es el más eficaz, sí es el más cercano a dicho propósito dado que la independencia es una consecuencia directa de la realidad con la que el hombre se educa, y consiste en su mediación con ella, siguiendo sus propios principios e instintos.

Finalmente, Freud también dice que la felicidad también puede llegar a través del enamoramiento y de la apreciación de la belleza. Cuando un hombre está realmente enamorado, su felicidad viene del placer de dirigir todos sus pensamientos e impulsos hacia un solo fin, en la mayoría de los casos, otra persona. En mi opinión, cuando la otra persona corresponde el enamoramiento por medio de sentimientos y sensaciones similares, la felicidad se obtiene, aunque dure poco, recordándome una vez más de las palabras de Vinícius, quien en su “Soneto De Fidelidade” (“Soneto De Fidelidad”), dijo con respecto a su propio amor: “Que não seja imortal, posto que é chama. Mas que seja infinito enquanto dure.” (“Que no sea inmortal puesto que es llama/Pero que sea infinito mientras dure.”) (De Moraes)

Así, aunque Freud plantea varios medios para obtener la felicidad y encuentra sus desventajas al igual que sus ventajas para luego concluir que cada uno debe buscar su propia manera de ser feliz, es innegable que la busqueda de la felicidad, la religión, y el yo y el ello son factores sumamente importantes para el desarrollo y el buen funcionamiento de la identidad del hombre.

BIBLIOGRAFIA:

1) Freud, Sigmund. El malestar en la cultura. 1930.
2) De Moraes, Vinícius. "DE MORAES VINICIUS - A FELICIDADE LYRICS." Metrolyrics. 2008. 4 Sep 2008 .
3) De Moraes, Vinícius. "Vinícius de Moraes - Soneto de Fidelidade." 1939. Projeto Releituras. 4 Sep 2008 http://www.releituras.com/viniciusm_fidelidade.asp.
Copyright 2008 (renovado en 2009) Emilio Sánchez Enterprises Inc.

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